Claroscuro








— ¿Qué haces, Fer?
Le hago un dibujo al ratón.
—Amm... Todavía crees en él, ¿verdad?
—Sí mamá, aunque no me trajera nada con el diente anterior.
Muchos niños ya no creen en él, Dani dice que no existe. Dice que son los padres los ponen las monedas bajo tu almohada, y ya ni siquiera guardan sus dientes.
Pero yo creo que si existe, sólo que dejaron de creer en él y se ha puesto triste. Entonces tienes que hacerle saber que tú sabes que es real y que quieres que cosas bonitas sucedan.
Y lo bueno de este dibujo es que él sabrá que yo lo espero.
Mira. ¿Te gusta? ¡Todavía me falta colorearlo!

Mi pequeña de 6 años sigue con lo suyo, mientras yo me pongo a pensar en cómo la ilusión no necesariamente tiene que ver con la inocencia.

Sonrío mientras ruego porque ésta vez el ratón Pérez no se quede dormido.


A.



3 comentarios:

  1. Por si te sirve pequeña ;o)

    Cito de memoria, espero no colarme:

    "Siembra un pensamiento y tendrás un acto.
    Siembra un acto y tendrás un hábito.
    Siembra un hábito y tendrás un carácter.
    Siembra un carácter y tendrás un destino.
    Porque carácter, es destino."

    Creo que los pensamientos y las ilusiones, sostenidas y amplificadas en el tiempo, son muy poderosas. Tanto que lo pueden cambiar todo; más todavía si no sólo son tuyas, si se comparten. Si siembras de forma repetitiva un pensamiento, o un deseo, y lo abonas con todo lo que necesita, puedes cosechar un destino en su debido momento, seguro.

    Te envío muchos besos-deseos repetitivos sin ninguna moderación...

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    1. Me sirve!

      Yo también te beso repetidamente.
      Te quiero!

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  2. Si a la pequeña no le dejan pasar con su elefante por esa puerta, siempre podrá doblar la esquina e introducirlo por la puerta de atrás. Encontrará el modo de pasar con su elefante al final y ser feliz. Siempre habrá algún modo. El ratoncito Pérez no se quedará dormido esta vez.

    Muchos más besos...

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¿Y el tuyo?