Por extraño que parezca, existen seres que siendo de naturaleza distinta (por ejemplo, un colibrí y una flor) por un instante se complementan y se vuelven uno solo (como muestra la fotografía). Este hermoso relato que has propuesto, bien puede aplicarse como una analogía del que disfruta de su pareja y lo exterioriza de forma efusiva (el colibrí), mientras que la otra parte (la flor) es más serena para amar. Sin embargo, ello no significa que el sosegado quiera menos, o que el expresivo ame más, pues si el amor de la flor no fuera en verdad intenso, el colibrí no se estremeciera jamás. ¡Abrazos mil! (Me encanta leerte)
¿Tienes algún tembleque en las pestañas que demuestre la tempestad?
ResponderEliminarSi es así, no se lo tendrás que contar (él adivinará, estoy seguro...)
Creo que no: los colibrís nunca pueden. Tienen el pulso tan acelerado como sus alas... y su flor, siempre es su flor; única y deseada.
Uy, se me acaba de caer un beso sobre ti... ¿Es inoportuno? Anda, dime que no y me vuelvo colibrí en busca de tus interiores agitados...
No sé si el tembleque se vea en sus pestañas. Porque cuando él se acerca, esa flor tiembla entera.
EliminarY aun mucho más porque sabe que es ella "su flor" siempre su flor.
Agita las alas, que ese beso es más que oportuno...
de flor en flor
ResponderEliminarhasta extenuar las alas
besos
Sabrá encontrar la que lo espera ansiosa, y sus alas podrán descansar.
EliminarBesos, Óscar.
Es dificil detectar las tormentas y si por las moscas uno se da cuenta, es mejor quedarse callado.
ResponderEliminarBesos
Hay quien gusta de ellas, yo conozco a alguien!
Eliminar:)
Un beso, Chaly.
¿su flor?
ResponderEliminarno lo creo
Qué no crees, anónimo?
EliminarGracias por leer.
que tu seas su flor
EliminarPreciosas son tus letras.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues muchas gracias por tu apreciación, Alejandro.
EliminarSaludos.
Tú eres el colibrí?
ResponderEliminarJajajaja
Besos.
Jaja.
EliminarTe gustan mis alas?
Besos
tendrían que serenarse para percibir lo del otro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo veo muy difícil, Sarita de mi corazón!
EliminarSoy muy feliz, sabes.
Muuuuuaaaaaccccksssss
Por extraño que parezca, existen seres que siendo de naturaleza distinta (por ejemplo, un colibrí y una flor) por un instante se complementan y se vuelven uno solo (como muestra la fotografía).
ResponderEliminarEste hermoso relato que has propuesto, bien puede aplicarse como una analogía del que disfruta de su pareja y lo exterioriza de forma efusiva (el colibrí), mientras que la otra parte (la flor) es más serena para amar. Sin embargo, ello no significa que el sosegado quiera menos, o que el expresivo ame más, pues si el amor de la flor no fuera en verdad intenso, el colibrí no se estremeciera jamás.
¡Abrazos mil!
(Me encanta leerte)
Y a mi verte por aquí, Juan Carlos!
EliminarGracias, siempre.
Un beso.
NO SOY UN PICAFLORES...
ResponderEliminarCOMO ESE COLIBRI..
TEMPESTAD?
NO PARECE TAL HABLANDO DE ALAS..!
NECESITO HABLAR O LO QUE SEA...
SABE MEXICANA?
También en las tempestades se vuela, anónimo.
EliminarNo, de saber no sé nada.