Cuando vi su carita de niña raramuri terminé hecha mantequilla derretida con esencia de anís estrella. Por esa sola imagen descubrí a la mujer que expresaba con palabras hermosas lo sencillo de la vida.
"¡Ay, Alex!", me dijo un día. Desde entonces supe que mi nombre podría sonar diferente, familiar. Mi nombre, desde entonces no suena nunca como suena en la boca de Sara. Debo confesar que me recuerda mucho a la mayor de mis hermanas. Y no por la edad, sino por la ternura con que me habla. Si, a aquella hermana que un día de septiembre me dijo: "Ay hermanita, el sol en México ya no sale más, desde que tú no estás aquí".
Dime algo preciosa niña raramuri, cómo es que logras amarrarnos con palabras como si de cadenas (hermosas contradictoriamente) se tratara.
A ella es fácil desearle que sea feliz, porque la felicidad por muy trillado que parezca, la lleva Lili a donde quiera que va. Yo y todos los que la leemos somos afortunados porque es nuestro pedacito de sol. Ella le llama a su casa la antesala del infierno y yo comulgo con ella, porque es tal el calor que se desprende de su ser, que por lo menos a mi, me deslumbra, me encandila y me abraz(s)a. Cuando la leí por primera vez, fueron fanfarrias para mis ojos. Coincidimos y desde entonces hemos trenzado de a poco el cordón de la continuidad. Y así con la misma ilusión con la que a los seis años salía a jugar con mis amigas al patio de recreo, o con esa complicidad de los quince cuando en clase pasábamos papelitos en secreto, me emociona estar con ella. Es un torbellino, pero a mi corazón le da esa caricia serena que cubre de verde lo que antes era tierra infértil y agrietada.
Gracias por mi sol.
A María Shhh (como alguien maravilloso y que hecho de menos, bautizó) le agradezco me diera la oportunidad de conocerle. Siempre he dicho que la vida de alguna manera compensa y sin duda es ella una de esas maneras.
Quizá no sea ella consciente, pero sus palabras llegaron a mi como agua de mayo. No se parecía a nadie que me rodeara, y a pesar de la distancia yo puedo sentirle cerca. De ella admiro su delicado tacto, yo que tan inoportuna y tosca puedo llegar a ser, tuve la fortuna de ser mirada por ella. Se instaló ahí, cerquita de mi, a un lado de esas cajas de las que siempre me hago rodear y en las que se les puede leer un rótulo negro que dice: "cuidado con mi fragilidad".
Como la mayoría, ambas sabemos de lo injusta y dura que puede ser la vida. Y con palabras nos hemos acicalado las tristezas. Pero también sabemos que la vida puede ser pródiga y además muy sabia. Y sé que si un día la misma nos da la oportunidad de estar frente a frente, nos veremos las cicatrices, pero lo haremos con orgullo. Mi querida María, deseo para ti que la vida sea tu mejor amante, que siempre te regale flores, que te toque el pelo hasta que duermas, que te despierte cada mañana a besos, que te pinte los labios de rojo y te lleve a pasear. Qué complazca tus caprichos, que te cante la canción que más te guste y que nunca te deje de mirar con ternura, porque te mereces la magia del amor y mucho más.
Gracias por estar ahí, a pesar de no estar yo.
Siempre he admirado a los seres libres, y si es mujer, mucho más. Les admiro su libertad, su forma de desafiar a la vida, admiro sus protestas, admiro sus palabras, su estilo y sobre todo su forma de pelear. Eso y mucho más admiro de Maman.
Yo no soy una mujer libre, pero sé reconocer cuando una mujer lo es, y soberbia como soy, muchas veces mi pobre espíritu no puede más que sentir celos. Con ella me pasó. Y quizá no sea justificación, pero mis absurdos celos no son más que la confirmación de que ella es una mujer muy especial. Una mujer que no sólo sigue su camino, sino que con su ejemplo me invita a seguir el mío y a desafiar los momentos torcidos. Que me alienta a amar mi cuerpo, a sus huellas, a sus límites y a sus excesos. Que es ejemplo de lucha y equilibrio, que se desprende solemne de lo no importante, que pelea de frente con la vida cuando ésta la ataca.
En su casa tiene (ó tenía, no sé) una imagen que dice: "¿Qué harías si no tuvieras miedo?"
Yo respondo esa pregunta en silencio y sólo para mi... quisiera ser como ella.
Mi querida Maman, sé que estás viajando y me alegra que tengas la oportunidad de conocer parte del mundo, pero sobre todo creo, que el mundo tiene que conocer a Maman.
Mi agradecimiento, Judith.
Con mucho cariño y agradecimiento para ellas.
A.
Guauuuuu, Alex!!! He llorado de emoción gracias a este detallazo!!!
ResponderEliminarSoy muy afortunada por haberte encontrado. Eres tan especial! Eres tan real! Me reconcilio con la vida después de haberte leído.
Abrazo rompecostillas.
Jajaja, tontuela! (Con todo el cariño del mundo).
EliminarPero si la afortunada soy yo.
Abrazo rompemiedos.
:)
Ay Ale! aquí me tienes con sonrisa de oreja a oreja y sin saber qué decir, gracias gracias gracias. Me alegro que sea mi casa un sol para ti, con eso me conformo. =))))
ResponderEliminarUn abrazo y un beso, ♥♥♥
No tienes que decir nada.
EliminarMe alegra haberte hecho sonreír.
Gracias a ti, Lili.
Gracias, querida Alex!! Me sorprendiste tanto que no sé ni qué decirte, mírame, lograste sonrojarme y eso es rarísimo que me pase. Solo que así igual yo te siento y que me has llenado de emoción!!
ResponderEliminar"Ay, Alex", jajaja.
Grandísimo abrazo, preciosa.
*Tan linda esa carita que tenía, verdad?
Nada que agradecer, Sara.
EliminarSi, hermosa!
Un beso.
:)
ResponderEliminarQué linda!!!
Besos.
Muy amable, Toro.
EliminarMás besos.
No sé qué decir A...me quedé muda. Entro día sí y día también en tu blog para leerte. Más que para leerte para saborearte. Para saber un poco más de ti y de tus cosas, de tu vida. Por deleitarme con tu manera de escribir. Que me encanta. Por tantas entradas en las que me reconozco, en las que piensas y escribes por mi.
ResponderEliminarPor muchas razones.
De verdad, que emociona leerte y ver con qué grandes ojos nos ves.
Me ves...No sé...quizás...bueno quizás no, la verdad, me hago mayor. No sé si paso más de todo o que aprendo un poco más cada día y dejo que las cosas lindas me abracen sin tener culpa.
Tus palabras me abrazaron y me emocionaron. Estás tan lejos y detrás de una pantalla y te siento muy cerca. Más de lo que crees.
Y aunque no nos hemos tomado ni un café juntas ni hemos charlado, muchas veces siento que te he sonreído mil veces, que he llorado contigo, que he comprendido, que he compartido y sobre todo que he aprendido muchas cosas de mi misma a través de ti.
Parece imposible.
Parece que escriba para que quede lindo...pero no es así. Hay personas con las que conectamos. A veces, simplemente a través de unas letras.
Sabes...yo no sé si soy tan libre como dices... :) ni si he conseguido dejar el miedo a un lado...pero lo que sí es cierto que a la vida hay que darle batalla día a día.
Para conseguir momentos mágicos, para conseguir ser un poco más feliz, para conseguir aprender de todas las caídas. Para saber levantarse y seguir.
Con nuestras mil caras, con nuestros miedos y fallas.
Y ¿sabes lo más importante? para conocer a personas como tú, como a la gente que describes aquí. Para rodearse de buena gente.
Gracias A.
Muchas gracias! tu cariño me abrazó estos días...no sabes cuánto!
Un beso gigante linda!
miles de besos gigantes!!!!!!!!!!
No tienes nada que agradecer, Maman.
EliminarMe alegra haberte hecho sonreír y que te sientas abrazada por mi.
Supongo que la vida tiene estas cosas para quién gusta de sentir. Yo también te siento aquí, a un ladito de mi.
Gracias por ser y estar.
afortunada eres entre todas y ellas, según parece, contigo
ResponderEliminarBesos
Yo mucho más que ellas, Oscar.
EliminarMuchos para ti.
Qué bonita entrada para personas que te aprecian, es emocionante leerte, en verdad es así, A.
ResponderEliminarBesos.
Oh, muchas gracias María.
EliminarEl placer de tenerte aquí, es mío.
Un beso.
Y además te quiero como un niño.
ResponderEliminarSin intención de ser grosera, anónimo. Hay formas de querer que yo no entiendo.
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