Sin título







Siempre quise creer que ese día no existió,  que mi pensamiento enfermó e imaginó lo que había sucedido, que quedó flotando y me convirtió en uno de esos animales heridos que hay sobre la faz de la tierra.
Siempre creí que podría soportarlo todo hasta que un día esa niña se perdió y comencé a escuchar muchos ruidos en mi cabeza. Siempre creí que podría, que sostendría los pensamientos negros y terminaría convirtiéndome en un sol espléndido y grande con un arcoiris lunar al otro lado del mundo, ó en una mariposa de colores que aletea a mil por hora, ó en un enorme girasol, ó en un arrecife ó en un coral.

Pero no. Era. Como todas. Como casi todas. Era una niña como tantas de cada mil. Era una niña a la que a la fuerza doblaron, era una niña a la que le habían desvelado un mundo por la rendija oxidada de una cruel ventana, que no conocía otra cosa más que el amor de sus padres y hermanos,  que tenía miedo, que aprendió a gritar y a no defenderse, que se fue por el abismo del abuso.

Golpeé mi cabeza repetidas veces contra la pared esperando que se me fuera el alma o la vida. Chocaba mi cabeza y seguía siendo esa niña asustada en un estacionamiento oscuro y frío.

Era yo, y no era yo...

¡Soy una mariposa! ¡Soy una mariposa! A veces no me sobra la fe, ni me falta, a veces despierto llorando por el incansable afán de todo olvidarlo a muerte, de olvidar todo lo que queda atrapado en la cáscara de los sentidos. A veces ni llorar puedo, por más que quiero.

Golpeaba mi cabeza esperando que el recuerdo se rompiera. Con el único afán de  poder comprender una pizca de lo que tanto duele.

¿Cómo vas a amarme después de esto? ¿Cómo se supone que debo amar después de esto?

¿Cómo se supone que los voy a amar después de todo eso?

Y no puedo llorar, por que tengo unas ganas inmensas de no haberlo vivido, de que esa niña no se hubiera perdido aquella tarde, de haber roto esa pared con mi cabeza hueca.

Tengo nostalgia a veces de las caricias de mis parejas, de su amor o de los momentos en que parecía serlo, de cómo hacían para escapar a hurtadillas de la cama, de su manera de mentir, de mil y un cosas tontas, bien tontas y que despiertan mi afán de no revivir el letargo de ese sentimiento que no hubiese querido para mi. De estos pensamientos negros en los que el ácido del tiempo y el no olvido terminan por corroer la piel que contiene lo que en realidad soy.

A veces me veo de niña y me presto mis alas, por que mis alas existen. Por que no estoy sola, por que estoy conmigo. En alguna parte no soy la medusa que convierte en piedra a todo el que la "ama" o al que "ama".

Defiendo mis cosas, defiendo lo mío. Defiendo la tarde en que vi a esa niña mirarme con su carita triste y quise ayudarla y solo pude abandonarla.
Porque que no sabía hacer otra cosa que gritar y odiar mi propio dolor y mi propia soledad en ese espejo que me grita que fui cobarde, que debí gritar, correr o pelear.

Defiendo no ser eso.  ¡NO!  ¡No quiero! Apuesto a querer ser algo, cualquier cosa distinta a lo que he venido siendo. Prefiero mi risa estúpida cuando por las noches me despierto sudando y ansiosa por escapar de esa pesadilla que no es más que un crudo recuerdo.

Espero que mueran en su lenta agonía de soledad. Como todos. Como yo.

Era un niña como tantas de cada mil, en este mundo nos pasa lo mismo a miles por cada hora. Pero no seré la que siga con la cadena de odio y perversidad, ni la que dañe a alguien más. No voy a poner la otra mejilla, no quiero amar de esa manera.

Soy una... como tantas.


A.



Se preguntarán dónde se han ido los posts pasados.

De cuando en cuando, guardo mis palabras para que reposen con las cortinas cerradas. Quizás así renovarán lo que significan, lo que guardan.
Me han dicho que necesitan descansar para que vuelvan con más ganas de ser y estar. Para ser fuertes.

Y yo... hago lo mismo, porque les creo.





30 comentarios:

  1. Jo...
    Ojalá puedas cicatrizar ese pasado que tristemente intuyo.
    La infancia debería ser siempre un recuerdo maravilloso.
    Lo siento mucho.
    De corazón.

    Un abrazo infinito para ti.

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    1. Mi niñez fue maravillosa, Toro.
      Si, ese episodio la oscureció en su momento. Pero sin pretender minimizar la experiencia puedo decirte que el hecho de que haya sucedido en un entorno ajeno al que yo crecí, lo hizo más llevadero.
      Sumarle a la difícil experiencia la participación de alguien a quien quieres y confías, debe ser extremadamente difícil de enfrentar.

      Sé que lo sientes.

      Gracias.

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  2. no puede borrarse lo vivido. Sí no desear a revivirlo o recrearlo

    Descansa. Y tus palabras guardadas bien se hallan. Son tuyas

    Besos

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    1. Desafortunadamente no, Óscar. Tenemos memoria y el desafío es cómo convivir con ella.

      Gracias por estar aquí.

      Un beso.

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    1. De verdad, María?
      Tristemente son historias que se repiten una y otra vez.
      Algunas más crudas y dolorosas que otras.
      Sé que si te digo que dentro de todo yo soy afortunada, te parecerá quizás absurdo. Pero lo soy, porque el amor y el cariño de mi familia, representaron una fuente de resilencia inagotable para mi.
      Estuve en el lugar equivocado, pero la vida es así. A algunos nos da cursos intensivos.

      Un beso.

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  4. Sabes...ahora entiendo perfectamente porque siento muchas veces que nos parecemos. Que lo que escribes, lo hubiera pensado yo y tú le hubieras puesto palabras.
    Ser una como tantas...es la misma frase que he repetido siempre y he llevado conmigo toda la vida.
    Carl Jung tiene una frase perfecta: No soy lo que me ha pasado, soy lo que decido ser.

    Por eso quizás no soporto la lástima de nadie, ni la pena. Tampoco la culpa, la mía, durante mucho tiempo. Si hubiera...no hay hubieras A. Hay presentes. Siempre hay presentes.
    Y el presente sólo alcanza la reacción del momento. Y cada edad tiene su momento. Y cada momento una reacción diferente. Y no hay vuelta atrás. Y no hay "hubiera hecho"...no existe ese verbo en el presente. Entonces ¿qué queda? seguir el camino.

    Y aprender. Sabes otra cosa...ahora, con la edad que tengo y mi vida entera a mis espaldas y otra vida delante de mi, no cambiaría nada. Porque soy así por todos esos momentos que la vida me dio. Porque me conozco más. Sé lo que soy. Lo que puedo ofrecer. Porque aunque a veces el dolor es insoportable, me quedo con él. Porque eso me hace la persona que soy.
    Porque a ti te hace la persona maravillosa que eres.
    Es así. Cada uno tiene su historia y sus recuerdos. Y en medio vivimos y somos.

    Me gustó leerte/me...de nuevo...
    Un besote A.

    ah! una cosa...escribirlo...es un acto de valentía...

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    1. ...Amén.

      Soy otro "anónimo" que lee este comentario y cree reconocer quién lo escribió. Palabras que no son sólo palabras; que son verdad. No podría añadir nada más, ni mejor, aunque quisiera... Son perfectas. Y las tuyas valientes A.

      Dos personas maravillosas, sin duda.

      Besos.

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    2. Ven que te abrazo fuerte. Sin duda somos muchas las que compartimos heridas. Y muchas serían las que se reflejaran en esta historia.

      Si hace un par de años alguien me hubiese dicho que publicaría este post, no lo hubiese creído.
      Por muchísimo tiempo evité siquiera recordarlo. Sin embargo un día comprendí que no darle la espalda sería parte de un proceso de sanación.
      Lleva su tiempo, pero enfrentarlo es absolutamente necesario para sanar. Podemos obviarlo si queremos, pero hay cosas que no se olvidan nunca, y sensaciones que revivimos sin conciencia ni voluntad.
      Pero debemos aprender a bregar con ello. La edad sin duda es de gran ayuda, pero en mi caso la maternidad potenció esa capacidad que poseemos las personas de sanarnos. Me sentí con la obligación de superarlo, porque como madre educar con el ejemplo es prescindible. Y el estar bien es parte de esa responsabilidad.
      Si, la culpa es algo que nos acompaña por mucho tiempo, porque en la inocencia no se alcanza a comprender que las bajezas las cometen otros.

      No sé hasta donde mis palabras puedan servirte. Pero si existe la más mínima posiblidad de que esto suceda, créeme que haber publicado esto habrá valido la pena.

      Porque aunque sea doloroso, sacarlo nos permite sanarnos y avanzar.

      Otro beso enorme para ti.
      :)




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    3. Ah, por cierto.

      Maravillosa, tú!

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    4. Hola otro "anónimo"!

      :)

      Puedo no reconocer a la persona, pero reconozco a la mujer y a su dolor. Y eso es suficiente para hermanarme con ella. Y si, como dije... Maravillosa ella.

      No sé si la palabra "valentía" quepa en esta historia.
      Porque el ser valiente es una elección, y nosotras no la tuvimos.

      Somos mujeres que sentimos un profundo amor y respeto por nosotras, y por eso el daño.
      Pero también por ello el aplomo y la voluntad.

      Gracias una vez más.

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  5. desgarrador e impotencia ante esa enferma manera de "amar", el cual no tienen perdón ni del diablo...

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    1. Estoy de acuerdo contigo, Carlos.

      Aunque afortunadamente no es mi caso. Mi familia me ama tanto como yo a ellos. Yo de los míos, sólo he recibido un amor sano y un apoyo incondicional.

      Gracias por venir.

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  6. Si unolas recrea se hace infeliz, para librarme de ellas trato de no recordarlas, a veces vuelven...

    Besos

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    1. Quizá sea menester aprender a vivir con ello, pero no darles ningún poder, eso si.

      Un beso, Chaly!

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  7. Inmensamente doloroso!!! El ser humano a menudo es bestial. He sufrido al leerlo a tal grado, que se me atrofió toda capacidad de pensar, sentir o decir algo útil. Pienso, escribo, borro y no puedo. Solo puedo llorar, porque mi niñez es mi gran refugio y mayor fortaleza, mi único lugar donde estoy realmente a salvo de toda maldad, que no soporto saber que tú no. Al igual que miles o millones de niños hoy.
    Enorme abrazo.

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    1. Lamento haberte hecho llorar, Sara.

      Mi niñez también fue hermosa, mi vida es hermosa!


      Yo estoy bien, hermosa.
      Gracias por ese abrazo.
      Besos.

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  8. Un abrazo Ale, no sé que más decir...

    Besitos ♥♥♥

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    1. Lili de mi corazón!

      Hay abrazos como el tuyo, que nos susuran un montón de cosas bonitas.

      Yo las he escuchado!
      :)

      Gracias.
      Muaaaack!

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  9. Hay seres vivos que no merecen ser llamados personas. Hay conductas injustificables.

    Después hay hombres o mujeres que lo superan y viven por encima de todo.

    Un abrazazo.

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    1. Así es, hay conductas bestiales.

      Gracias por estar mi querida María.

      Compartimos ese abrazo.

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  10. ¿Qué fue de ti, pequeña niña de grandes ojos brillantes, qué fue de tu sonrisa inocente y tus ganas de vivir, quién te rompió en mil pedazos?

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  11. Dura historia

    Qué los buenos momentos lo compensen

    Besos

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  12. Leí el primer párrafo y supe de lo que hablabas. Estoy segura que escribir esta entrada, no ha sido una tarea fácil.
    Simplemente uno vive con ello. Aprende a vivir con esos pensamientos negros. Aprende a gestionar todas esas emociones.
    Al menos a intentarlo.
    No es fácil abrir la caja de pandora y hablar sobre ello.
    Te abrazo muy fuerte y te dejo mi sonrisa linda mujer.
    Eva

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    1. No, no fue fácil Eva.
      No sabes la de veces que escribí y borré esto. Ni la de lágrimas que derramé mientras lo hacía. Pero darle la espalda no es la forma de superarlo. Si es que acaso se puede superar.

      Gracias por ese abrazo, yo también te sonrío.

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¿Y el tuyo?