Encuentro con frecuencia viejos escritos de hace años, algunos no lo son tanto en tiempo, pero si en sentimientos.
Tropiezo frecuentemente con pedazos de mi reflejados en algún lienzo improvisado. Trozos de papel que hacen que irremediablemente me reconozca en palabras. Porque yo soy así y todo aquello que no me permito o logro decir, lo escribo.
Por eso algunos de esos textos viejos me parecen nuevos, y algunos contienen dolores tan profundos, que por ser lejanos ya no puedo reconocerles lo intenso. A veces me leo feliz, optimista, plena y se me hace bastante fácil recordar por qué. Pero siempre en el fondo del escrito me encuentro, me reconozco, algunas veces me perdono pero muchas otras me autoflagelo.
Por eso si alguna vez no estoy, presumo que alguien me encontrará en mis palabras, porque las palabras genuinas, no tienen fecha, son inmunes al tiempo y al espacio.
Y llevo días escribiendo cosas sin terminarlas, empiezo a hacerlo pero por alguna razón que desconozco no lo consigo. Pienso que sin darme cuenta estoy feliz. Y por eso no puedo escribir. Porque no sé escribir cosas felices. Porque no sé cómo se escribe. No sé cómo se describe la felicidad que me produce contemplar a mis hijas mientras duermen, no se articular la alegría que me invade cuando al abrir mi correo encuentro un mensaje me hace inevitablemente sonreír. Que el hecho de que el chico de mantenimiento estacione mi auto cuando a mi se me ha hecho tarde, me haga sentir que tengo suerte.
Quizá porque no logró describir el placer que me produce tomar una ducha y salir del baño con el agua escurriendo por todo mi cuerpo , por aquella necesidad felina que poseo de ser acariciada. El andar desnuda por la casa cuando tengo la certeza de que esta está sola, aún cuando no tenga cortinas en todas las ventanas. Por esas caricias que revientan mis arterias, o por esa voz que adivino volcánica.
(Fríoinviernodeldosmildiez)
"Quiero caminar sin rumbo, caminar entre la nada, sentirme felizmente perdida, naturalmente desorientada, sin nada que me guíe, sin que nadie lo comparta. Quiero caminar alegre entre la gente sin que la mirada de algunos hombres me hagan temblar de miedo.Vivir la vida tomando fotos; pero no para mostrarlas. Sin deseos de regresar a ningún lugar. Quiero vivir de lado a lado, quiero andar desnuda en cuerpo y alma, sintiendo muy poco, sin anhelar ser amada, sin nostalgias patrióticas, sin celos furiosos. Sin esperar por nada ni por nadie, con la felicidad de una mirada. Tan sola como me siento ahora, pero sola por lejos, sola por convicción."
Algunas veces me parecería que las palabras las ha escrito otra persona, pero algunos días me levanto con la palabra miedo dentro de la boca y presiento que si el escrito no tuviera la fecha, sería justo la de esta mañana.
Te diré, para empezar, que aunque hables de tristezas basta conocerte un poco para saber que eres capaz de una gran alegría y felicidad.
ResponderEliminarPara seguir te diré que como intento de describir la felicidad, creo que en ese párrafo has salido realmente bien parada. Oh, A...XXX... jajajaja. ¿Qué vamos a hacer contigo? ¡Pon cortinas a todas las ventanas! jajajajaja.
Respecto a la última parte, me pongo más serio: creo que todos deberíamos transitar por esas sendas hasta llegar al fondo de nosotros mismos. Es un camino que hay que hacer en solitario, incluso estando de alguna manera acompañados, porque nadie más que tú podrá llegar hasta ahí.
Existe una soledad necesaria para seguir el camino interno que lleva a encontrar lo que a tod@s se nos ha perdido; sólo entonces -cuando lo hayamos encontrado- estaremos en disposición de compartirlo y compartirnos de verdad con los demás. Si sabes que te falta algo, que necesitas desesperadamente algo que huele a anhelo siempre presente, ya has dado los primeros pasos aunque no lo sepas. Tal vez incluso lleves toda tu vida caminando en busca de algo que nunca se te perdió pero has de encontrar.
Buen viaje, pequeña. ;)
Sobre el miedo..., te diré que hay un tipo de miedo que siempre es la reacción natural que sentimos al acercarnos a la verdad. Superarlo es siempre un salto que te lleva de vuelta a ti: aquí y ahora. "Cuando todo se derrumba y estamos al borde de no se sabe qué, la prueba para cada uno de nosotros es permanecer en ese punto y no concretar." No hallarás la verdad en otro momento que el presente. Dime, ahora: ¿quién eres tú? Por favor, no utilices palabras ni para llegar al fondo de la pregunta, ni para responder. El ojo no se puede ver a sí mismo, pero lo ve todo. Levanta tu mano. Siéntela. ¿Quién es esa A. sin forma ni nombre que la habita, la mueve, la siente y la ve?
Los mejores escritos son esos que, por intemporales (por tratar de lo intemporal que nos atraviesa a tod@s), tienen siempre fecha de hoy.
Por favor te lo pido: aparte de tus tristezas y de todo lo que necesites escribir, escribe también tus alegrías. Quiero una sonrisa así de grande cuando te visiten. ¿Sí? ;)
Venga, hoy te envío tropecientos besos risueños: Muaaaakks!!!
Pd. ¿Lacuna Coil? Jajajajaja. Oh, ¡qué buen gusto! jajajaja. Siento debilidad por Cristinita. ;)
Cristinita !? Jajaja
ResponderEliminarQuerido j. Pondré cortinas, por la salud mental de mis vecinos lo haré, je jejeje.
Tal vez la felicidad es esto, vivir a través de esas pequeñas emociones que precisamente por pequeñas las dejamos pasar de largo. Tal vez la plenitud está en poder estirar el cuerpo por las mañanas y poder respirar profundo. Quizás la felicidad se reduce para gente como yo a no secarse cuando uno sale del baño, a poder tener la nevera llena de cosas que te gustan, tener empleo, no tener que ir al médico, o poseer un espacio tan lleno de sensaciones y palabras como este. Quizá la felicidad carece de descripción alguna, quizá es esa que tenemos tan cerca y que creemos inalcanzable porque la concebimos así, de grandes aspavientos. Quizá...
Ese viaje del que hablas j. es precisamente el más difícil de emprender. Por mucho tiempo he buscado mi lugar en este mundo, sin imaginar que no está en otro sitio, ni en otro país, ni en otro cuerpo. Sino que está dentro de mi, y no hay veredas más escabrosas que las internas. Gracias por los buenos deseos, para ti lo mismo.
Si superar el miedo es como dices un salto que te lleva de vuelta a ti, supongo que para algunos ese salto debe ser abismal y con un profundo terror de caer al vacío.
Escribiré de mis alegrías y verás j. que son muchas.
Gracias por los tropecientos besos risueños. Te los devuelvo multiplicados por mil.
Gracias por venir.
Y es que ese silencio tan gigante, te ha llevado a escuchar lo que sólo se escucha en el silencio.
ResponderEliminarDisculpa el anonimato, el peloteo de comentar porque me has comentado, me da tanta grima como a ti.
Tienes una particular manera de escribir, me gusta.
Anónimo, creo que debo agudizar más el oído, me falta tanto por escuchar del silencio...
ResponderEliminarConfieso que tuve que buscar el significado de "grima". :)
Verás anónimo, no dudo que existen halagos sinceros cuando de reconocer el trabajo de otros se trate. Pero también creo que en estos tiempos que corren se hacen elogios con tanta facilidad y con el único fin de alimentar vanidades. Yo comento en algunos blogs y lo hago por el simple placer que me provoca hacerlos. Pero nunca con la intención de que me paguen por ellos. También se que quien me visita y comenta lo hace de manera sincera y diáfana, cosa que agradezco. Si te refieres a eso, estoy de acuerdo contigo.
Y no tengo nada que disculpar, este es tu espacio y siempre serás bien recibido.
Un beso.