"De allá del mar vendrás
tienes que regresar
porque tú traes
porque tú traes...
porque tú traes mi vida"
Casi todas las mañanas bebo una taza de té mientras me siento en mi rincón favorito y miro a través de la ventana. Demás está decir que a esa hora la casa y los pensamientos están en calma. Amanece y los tímidos rayos de sol son los únicos testigos de que, horas antes, era de noche. Es el té de las revelaciones, el té de preguntarme cómo estoy.
Las respuestas siempre varían en función de los lugares que he habitado y el panorama que ofrecían los ventanales. A mi no me agradan las casas nuevas, recién construidas, desconfío de su estructura y del motivo por las que fueron diseñadas. Me gustan las casas viejas, me enamoro de sus espacios, de la amplitud de sus ventanas. No me molestan las casas maltratadas, al contrario. Me solidarizo con ellas y su falta de cariño.
Me parecen sobrevivientes de todo lo que han visto, han pasado y han vivido.
Por mucho tiempo habité (decir que viví, me parece osado) en un apartamento en un quinto piso, era un apartamento precioso, pero oscuro. Y su oscuridad no tenía nada que ver con las ventanas, o los tragaluz, o la falta de electricidad. No. Sus paredes ocultaban llantos y había momentos en que creía que estaban tan cansadas que el techo en cualquier momento rompería en llanto.
Ese apartamento me regalaba muros, paredes. Y curiosamente mi "estoy" anhelaba tener otros ojos.
Después me mudé a una casa nueva, de esas de las que desconfío. Su vista me ofrecía un patio lleno de geranios multicolores, entonces mi "estoy" quería creer que estaba bien y a salvo.
Después la vida me tornó el paisaje en un gris opaco y frío que se coló por una puerta-ventana. No tenía escapatoria, mi "estoy" en ese entonces fue de duelo sobre duelo bajo duelo y contra duelo.
Y es que a la pregunta de cómo estoy le añadía el cuestionarme, cómo es que llegué a esto y hasta aquí.
Entonces descubrí que esa casa no era para nosotros, mucho menos para mí. Empezamos a cuestionarnos si valía la pena pagar por tanto espacio, que no había explicación para tener cuatro habitaciones y tres baños. Qué quizá estaba ahí sólo por mi adicción a los espacios. Que ampliar el patio y hacer la cocina a mi gusto terminaba costando más de lo que queríamos o podíamos gastar.
Así que desmonté las habitaciones de los niños que no había tenido, enrrollé el mural que no pintamos juntos, guardé las fotografías que nunca nos tomamos y deseché las caricias que nunca nos dimos.
Desde que me mudé a esta otra casa, todas las mañanas bebo una taza de té mientras miro a través de la ventana que da a un joven sauce llorón. Dicen los que saben que en Oriente posee un significado de muerte, pero también de permanencia y continuidad, los celtas lo consideran un árbol sagrado y los griegos creen que es símbolo de magia y misterio. Asiento, es un árbol adolescente. Pero hoy al preguntarme cómo estoy observo ese tronco débil y flexible que se sostiene pero a la vez se esfuerza para que el peso esté repartido y el pequeño árbol pueda seguir elevándose sin que el viento fuerte logre quebrarlo.
Cuando la vida me ofrece un té cargado con dudas inciertas y amargas, me digo que tengo a la vista a un árbol que aunado a la luna y al agua me proporciona una vista única.
Cuando despierto mustia, sin la certeza de lo posible y con prisa de que ya sea el futuro, me digo que tengo a la vista a un árbol espléndido; vivo y paciente, cuya madera se usaba por los hechiceros para hacer varitas mágicas.
Entonces sé cómo llegué hasta aquí y también cómo estoy. Fuerte pero vulnerable: eligiendo muy mal, y decidiendo muy bien.
Despierta y consciente, sabiendo que quizás de aquí a unos años, ese llorón y yo reiremos de nuestro encuentro a ciegas, de cómo nos enamoramos, y de cómo jurábamos a que quizás, quizás ninguno de los dos nos quebramos.
A.
Estás tan viva! Eres tan afortunada por poder dialogar contigo misma! Ese sauce y tú formais una estupenda pareja de baile, invítalo...
ResponderEliminarBesazos.
Llorón él y llorona yo, nos espera una larga y húmeda relación. Aunque es un poco flaco para mi gusto, María.
EliminarBailaremos, cuenta con ello.
Gracias por estar aquí.
ResponderEliminarCuando nada es seguro, todo es posible.
S
Hagámoslo posible entonces, Sicilia.
EliminarGracias por comentar.
:)
Es curioso...a mí me apasionan los espacios que creamos. He tenido varios y a veces cambian de tono según el humor
ResponderEliminarTenía vistas hasta que levantaron un bloque...que sigue vacío
Besos
EliminarPues coincidimos Óscar. Yo pido pocas cosas, necesito luz, ventanales, espacios abiertos, y cocinas que no estén aisladas sino todo lo contrario, el centro de esa casa...
:)
LO MEJOR DE TODO ES QUE NO TE QUIEBRAS Y ADEMÁS SIEMPRE VA CONTIGO ESA TAZA DE TÉ.
ResponderEliminarABRAZOS
EliminarGracias por los abrazos, Adolfo.
Hasta ahora solo me doblo.
Muuuuaaaacks!
ResponderEliminarEsta singularidad del ser...
Este inescrutable mundo de sensaciones...
La felicidad es una de ellas.
Cuando no está, el ser se da cuenta.
Y la busca.
Los sentidos le ayudan.
Hacen causa común.
De manera inexplicable detectan un algo especial, que les comparte la belleza de su existencia.
Y les acerca a ese mundo hermoso.
Mundo de pronto indescriptible.
Porque la felicidad... es sensación vital.
A.
Gusto de leerte.
Que tengas buen día.
Un abrazo.
***
Qué te digo Iván, estoy convencida que en el momento en el que dejas de cuestionarte, dejas de estar en el presente y dejamos de existir.
EliminarEl gusto es mío, y lo sabes.
Hermosa conjunción nacida del agua. Cada gota nos impregna de nueva sabia y de ahi la vida. En si misma cada día es una sorpresa A. Besito hermoso escrito
ResponderEliminarEs verdad, Demian.
EliminarSi prestamos un poco más de atención veremos en cada día algo nuevo y sorprendente.
Gracias por venir.
Un beso.
Buscar un lugar donde hacer realidad esos sueños que enrollados en la mudanza es algo...preciso; tanto como un trocito de madera que guardar en el bolsillo por si...
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que la clave para sentirse pleno, J. Blesser, es no pelear tanto con la vida. Perseguir nuestros sueños dejando que lo que tiene que ser, sea.
EliminarY porque no, con la mano en ese trozo de madera, para cuando la magia aparezca.
:)
Gracias por tu visita, J.
Un beso.
Tu pluma es genial.
ResponderEliminarQue tengas bonita semana, A.
Un abrazo.
***
Gracias.
EliminarHola A.
ResponderEliminarTe echaba de menos.
Porque leerte siempre me hace pensar en que hablas a escondidas para mi y para mi otro yo. Muchas veces me oigo pensar leyendote...a veces somos pura contradicción y otras me mimetizo contigo.
Me gusta mucho leerte A.
Un beso gigante! gracias por estar ahí siempre preciosa
un besito