Despedidas







Motivos no son justificaciones, pero me lo voy a permitir...

Creo que la despedida del 2013 será  la última vez que le diga adiós a un año con nostalgia y emoción a la vez. Porque sin duda este ha sido un año aleccionador y desmoralizante a un tiempo.

Descubrí que me cuesta mucho reconciliarme conmigo misma aunque con el resto de la gente tenga la debilidad de reconciliarme casi instantáneamente. Entendí que lo que quiero no es justamente lo que necesito. Reafirme mis sospechas de que nadie en esta vida ama como lo hago yo, reconociendo justamente que lo más triste de todo es que no sé amar.
Este año me recordó  mis mayores miedos y me los paseó constante y continuamente por la piel. Me regaló amantes que creo que lejos de amarme con pasión lo que sentían es compasión. Reconocí que a veces hablar con tanto amor y extrañar tan apasionadamente es solo un síntoma de la distancia y que así lo he diagnosticado yo.

Este año supe que la curiosidad es un deporte peligroso. Entendí porque mi abuela decía  que las heridas viejas se resienten ante el presentimiento de lluvia, precisamente porque en mi, hay mucha lluvia cada vez que una herida vuelve a doler. Deduje que a veces lloro de tanto reír y que en ocasiones río para evitar llorar y que no se distinguir cual de las dos terapias me es mas familiar.

De pequeña cuando reía mucho en compañía de mis hermanos, inevitablemente mis ojos comenzaban a llorar, quiero creer que esas lágrimas eran de dicha y que solo una dicha tan plena las puede hacer brotar. Porque hay diferentes tipos de llanto y a veces sufro ese donde parece que cambian las dimensiones de la habitación y que el aire no puede llegar a donde debería. Pero a veces también lloro porque inexplicablemente me siento profundamente agradecida con la vida.
Cuando me siento feliz, a la misma vez siento miedo, un miedo profundo, porque sé que ahí está la verdadera teoría de la relatividad.
 
Comprendí que después de la tempestad viene la calma, pero que a esa calma le precede una tempestad peor, porque lo que la primera vez se enfrentó con toda la valentía del mundo,  después uno lo enfrenta herido, con menos municiones, con la embarcación remendada, con el miedo a flor de piel.

Este año descubrí que se me cierra el estómago si veo algún cuerpo, lugar o espacio donde alguna vez fui muy feliz. Y que los golpes de la vida erosionan tanto la piel y el corazón que uno después termina siendo herido con demasiada facilidad, cuando menos te lo esperas, cuando creías que tenias un alta emocional.

Pero también este año me regaló seres maravillosos que me hicieron sonreír por el tiempo necesario, y que partieron cuando debían partir.

Conocí a un hombre con la mirada mas dura que mi terquedad, pero mágicamente me enseño a coserme, a remendarme a punzadas, a usar lo que estuviese a la mano para repararme.

Me presentó a un hombre que me decía que no había  forma de prestarme atención mientras hablaba porque mi boca siempre está pidiendo que la besen.

Me premió con un ser humano tan único y especial que con la ternura que le caracteriza, me cerró un punto abierto, en el universo y en el corazón. Y que sin miedo a equivocarme estoy completamente segura que con él la naturaleza se equivocó, porque a su cuerpo le hace falta un par de alas.
 
Este año entendí que siempre podré encontrar una razón o muchas razones para salir de la cama y disfrutar de un día mas.

Me enseñó que soy capaz de amar de maneras nobles, de maneras largas, de maneras dolorosas, pero también de maneras grandes. Y que a pesar del dolor, aún conservo y me aterra perder esa gran capacidad de dolerme.
Me demostró que aún puedo sentir esas corrientes que me recorren todo el cuerpo y que me dicen que mi signo no debió ser un signo de tierra, si no un signo de fuego.
Que tengo un corazón que de vez en cuando se acelera demás y  aunque de vez en cuando me acuchilla, no quiero que deje de latir.

Aprendí a hacer las paces con el silencio, con ese que es mío y que solo yo me lo puedo imponer.

Me dio el valor de mirarme en el espejo y ver una mujer hermosa adornada y adolorida, pero con la certeza que ninguna cicatriz, volverá a ser una herida.

4 comentarios:

  1. Parece, mi querida A., que éste ha sido un año intenso para ti. Creo que más que parecerlo, lo ha sido. ¿Pero qué quieres?, es lo que tiene ser una persona viva y apasionada. El encefalograma plano no se inventó para ti, me temo. :)
    Lo importante es que seguimos aquí; que pase lo que pase seguiremos caminando y no nos rendiremos. Y, entretanto, iremos aprendiendo lo que tengamos que aprender e intentaremos hacerlo cada día un poquito mejor. Yo me consuelo con estos pensamientos, porque a veces uno parece que camina hacia atrás como los cangrejos jajajaja. Pero bueno, es lo que hay y no nos pelearemos mucho al respecto.

    Sabes, está claro que no tienes ninguna dificultad en sentir. La vida de dotó de sensibilidad. La astrología te convirtió en un signo de tierra y tu voluntad la transmutó en necesidad de fuego. El problema con el fuego siempre es el mismo: nos podemos quemar. Me pregunto por qué algunos siempre tenemos propensión a jugar con ése dichoso elemento jajajajaja. Bueno, el caso es que supongo que jugamos porque estamos vivos; pero ese elemento en concreto hay que encauzarlo bien. Lleva siempre especial cuidado, o te quemarás los pelitos jajaja. Y ya sé que eres un poco como el ave Fénix, pero aun así te lo digo y de paso me lo recuerdo en los diversos ámbitos de mi vida donde me lo debo recordar.

    Bien, adelante. Un nuevo año nos contempla. Despídete de lo que te tengas que despedir, y abraza lo que esté por llegar a tu vida que merezca la pena quedarse. Averigua lo que debe permanecer, florecer y extenderse en ella. El camino siempre es importante. Selecciona bien ;)

    Me alegra tanto que hayas comenzado al final tu blog...
    Perdona la tardanza en comentar, pero quiero que sepas que ya lo he leído todo ;).

    Seres alados también existen al otro lado del mar jajajaja. ¿Lo sabes, verdad? ;)

    ¡¡¡¡Un beso enorme pequeña A.!!! Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

    ¡Adelante! El cielo es el límite para ti...

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  2. j.
    Gracias por estar aquí. Nada que perdonar, tus comentarios me complacen igual, antes o después.

    Sabes mi querido j. he aprendido que tanta reflexión sobre el sentido de la vida hace que esta se nos escape entre instantes. Creo que la vida no tiene sentido! Creo que es una infinidad.... es una trama que vamos tejiendo entre momentos, lugares, personas, pequeñas y grandes conmociones. La vida vale la pena por la belleza que hay en el mundo, por lo que se aprende, por lo que se recuerda y lo que se olvida!. Por los abrazos, las caricias, las buenas palabras, las sonrisas... (y si todo esto suena muy rosa...) hasta por las batallas perdidas.

    Otro beso enorme para ti.

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  3. Te iba a decir: "se te echa, pero es lo de menos" por intentar ser original. Y para ello elegí esta entrada.

    Después de leerla me he quedado acomplejado. Ojalá alguien me pudiese expresar en una milésima parte lo que tú eres capaz.

    Un beso.

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    1. Sbm, no sé cómo lo haces, pero lo haces. :)

      Ser original ¿dices? ¡Bah ¡ No lo necesitas, me gusta que seas tú.
      (Así estás a la altura de mi mirada).

      Gracias por leer y por lo de "se te echa"… un abrazo.

      P.D. Y nada de complejos, que tengo la certeza que habitas en muchas palabras.

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¿Y el tuyo?