De tormentas



Han pasado varios días desde que me acuartelé en mis emociones, casi un mes desde que el miedo atroz se instaló en mis tobillos. Apenas cuatro semanas de la incertidumbre aquella que se metió con violencia entre mi pecho y espalda. Incertidumbre larga y persistente que me torturó por horas, días, semanas. Incertidumbre que fue seguida por un profundo y desolador silencio. Dicen que en 21 días cualquier cosa que hagas se convierte en costumbre, en hábito, en una parte de ti. 

Sin duda alguna veintiún días son demasiados para mi.
Creo que es importante decirlo, para mi necesario es escribirlo, esto me pasó, me pasó a mi. No fue a una conocida, ni a la amiga de mi amiga, ni a alguien al otro lado del mundo, me pasó a mi y el mundo se derrumbó a mis pies.
No voy a justificar mi desgracia, no voy a minimizar mi tragedia, no voy a renunciar a ese profundo duelo al que tengo derecho a sentir. Porque no hay dolor pequeño, porque no hay temor absurdo, y la única manera que tengo de enfrentarlo es aceptándolo primero. Al igual que para sobrepasar los temores hay que nombrarlos por nombre y apellido, hacer inventario de lo sentido, permitirse llorarlo, y entonces sólo entonces empezar de cero.

Mi nombre es Alejandra, y estoy cansada de vivir al filo del abismo, estoy harta de no tener la fiel certeza de un mañana. Me siento derrotada, deshilvanada por más que entrevero los sueños y el recuerdo del espanto. Me siento avergonzada porque no puedo asimilar algo tan crucial. Me siento rota y culpable de mi propia fragilidad. Me siento drenada pero no lo suficiente para dejar de llorar. Porque lloro por todo y nada, porque confundo el optimismo con la cobarde negación, lloro porque soy tan irresponsable que niego mis pérdidas, lloro de rabia porque ignorar lo que me pasa es una forma de perpetuarlo, lloro porque no tengo el valor de gritar que estar bien y estar viva no es lo mismo, lloro porque mi buena cara es una dosis cotidiana, un deber cumplido.

Y me siento egoísta, profundamente egoísta cuando un segundo después escucho la risa de mis pequeñas y entonces revive el día porque me invaden con su cauda de preguntas, y me dicen ríete mami que a ti te gustan las estrellas. Entonces me pongo alas, me hago ligera, me vuelvo libre. Y quisiera pasar la tarde cantándoles, que nada me perturbe, mucho menos la idea que llegará la inevitable medianoche y como ya es su costumbre mi mundo lo hará suyo, moviéndolo a su antojo como un caleidoscopio y dejándolo en el orden que ella quiere. 
Ya no me siento tan joven cuando lo hace, que de tanto ir hacia atrás no vivo las horas, ni sé cuando oscurece, solo sé que el coco existe y que el hay días que el lobo viene y me devora de verdad.

Llevo un mes diciéndome que todo va a estar bien, 21 días feliz porque cuando creí que un intenso dolor me acabaría, supe que era solo una crisis más que dejó tras de sí el espanto. 20 días orando aunque ya no coma curas porque me empacho. 19 que dejé la religión de las culpas, las indulgencias sin causa, y los crucifijos a los que les tenía pavor desde niña. 

Tampoco creo que hay más allá, aunque  sea Jesús el que me lo diga, ni en que hay cielo e infierno para premiar a los buenos y castigar a los malvados. Ojalá fuera así, pero yo ya no creo ese cuento.
Me quedan más cerca mis palabras que los versículos y los salmos. 18 días inhalando y exhalando, 17 convenciéndome que nada me salvará de la fatalidad, del riesgo, del futuro en el que no he de estar. 16 repitiéndome que la vida algo ve en mi, y que yo sé lo agradezco como lo generosa que es. Y entonces visito al otro Jesús, y me porto cuál debe ser, mientras le digo bajito que yo ya no creo en él aunque comulgue y todo, y llore cuando escucho el Aleluya, entonces vienen a mi mente mis papás y les pido perdón aun más bajito por no creer ya en aquello que con tanto amor me enseñaron. 15 días hablándole a ese Dios caprichoso y esquivo, el que alimenta y alumbra pero también devasta y destruye, el Dios azar o al que los más osados llamamos universo o pródiga naturaleza. 14 días jugando dominó, 13 platicando con mis fieles difuntos, 12 días intentando escribir, muchos más queriendo gritar.
10 días enhebrando motivos pequeñitos y profundos para sonreír, 9 para descubrir que no caí, que solo nadé río abajo, 8 debatiendo con Newton y Einstein que ni absoluta ni relativa, la distancia solo es olvido. 7,6,5,4 durmiendo sin la promesa del príncipe que me despierte, 3 buscando la belleza por si un día se aparece, 2 días que me permito pasar de la risa al llanto sin cuestionarme, 1 día con la promesa diaria de escribir, hablar, o tocar a alguien querido.

Cada quien su dolor, cada quien su miedo, cada quien sus razones o sus excusas. Cada cual su tristeza o su dicha, cada quien su Dios.
 Arbitrario y salvaje, misericordioso y heroico, o el Dios que no existe... nos bendiga.


A.

20 comentarios:

  1. Hola Alejandra.
    Siento que estés pasando por una época tan dura emocionalmente.
    Te leo y no me atrevo a aconsejarte porque para decir generalidades y consejos de usar y tirar mejor no te digo nada.
    En cierta manera me has recordado una etapa no demasiado lejana que asoló mi vida... el motivo es lo de menos lo terrible fue la consecuencia emocional... pero salí de ello aunque entonces me pareciera imposible.
    Hoy es un mal recuerdo ya superado aunque también es cierto que cuando pasas por una crisis emocional fuerte y duradera creo que jamás vuelve uno a ser el de antes.

    Mi mail está en mi blog, si mi experiencia personal te puede servir de ayuda no dudes en escribirme.

    Venga, ánimo.

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    1. Hola Toro.
      Como a todos nos pasa en la vida si, no son tiempos buenos. Pero la mayoría, justo como tú lo cuentas sale de ello un día (y me alegro mucho por ti). Y confío en que yo también saldré de esta.
      Sabes Toro, siempre que escribo cosas personales me queda la leve sensación de que debo justificarme, justificar lo que he escrito. Para nadie es un secreto que en esto de los blogs ser "víctima" vende, y mucho. Y para quién busca publico está bien, y lo respeto. Pero no es mi caso, y si he de ser honesta a veces quisiera omitir los comentarios, pero tampoco estoy segura de sentirme bien con ello.
      En fin, el caso es que agradezco profundamente tus palabras, el que estés aquí y que te tomes el tiempo para leerme. Sobre todo porque lo que lees en su mayoría no es bonito.
      :)
      Yo no sé escribir Toro, pero uno siempre puede echar al fuego las palabras para que ardan, con suerte y nos dan un poco de calor.

      Gracias nuevamente por estar y por tu ofrecimiento.

      Ven, que te doy un beso.

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  2. poco hay que añadir

    Aunque sirva de nada, te leo, y en cierta medida estoy contigo

    Unbeso

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    1. Sirva de nada, dices?

      Pero si me gusta tenerte aquí. Una pena que no veas la sonrisa que me provocas.

      Gracias, Óscar.

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  3. Ay Ale....!

    Un abrazo fuerte fuerte, sigues estando en mis oraciones...no sé que más decirte.

    Un beso

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    1. Ay Lili!

      Ya ves que yo soy boba.
      Lo sé, hermosa. Gracias por tanto.
      :)

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  4. Alejandra... Estoy aquí, contigo.

    Un abrazo inmenso.

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    1. Mi querida María, nunca he sentido lo contrario.
      Y no imaginas lo mucho que te lo agradezco.

      Otro abrazo de esos para ti.

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  5. No cambies nunca, guapísima.

    P.

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    1. Anónimo, algunos kilos de menos me vendrían muy bien.
      :)

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  6. Yo te abrazo con toda mi alma, deseando reunirte en ello fuerza, salud, esperanza y alegría. Para también mandar al miedo y dolor muy, muy, demasiado lejos de tu vida!! Rescatarás todo lo que necesites rescatar y todo irá bien. Aférrate con la enorme fuerza del cariño, el afecto, el amor y la fe, muy superiores a la rabia y la impotencia. Hay momentos para no dudar en lo que hay que hacer.

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    1. Y yo con todo mi ser te agradezco tus palabras y que estés aquí, Sara.

      Así será. Ya lo verás.

      Un beso enorme.

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  7. Ni dios ni la humanidad podran ayudarte, si no te ayudas tu primero

    Besos

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    1. Es verdad Chaly, de ningún laberinto propio se sale con llave ajena,

      Un beso.

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  8. Un relato estremecedor y verdadero, con un protagonista que somos todos en algún momento de la vida.

    Enhorabuena.

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  9. Que le digo signorina....
    Ya tiene demasiados e-mail de autoayuda y serenata.
    A mí me gusta así. Con sus contradicciones constantes.
    Mimosa , consentida, dramática, simplemente complicada, lujuriosamente sencilla.
    Abstractamente bella.
    Me gusta sabe?
    Muasx
    S



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    1. Me alegra saber que le gusto, sobre todo por lo abstracto de mi belleza.
      :)

      Usted también me gusta, sabe?

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  10. Alex, si querer es poder... yo quiero que pases muy Feliz Navidad, porque el 2018 será un año extraordinariamente bueno para ti, y todo lo bueno empieza en Navidad, lo verás!! Como decíamos de chiquillos "me canso que sí". Jajaja. Entonces si yo quiero eso para ti, tú podrás!!! Cajitas de regalos mágicos para tus niñas, que serán preciosas seguramente como tú. Y para ti un fuerte abrazo lleno de fe y confianza para contagiar. Que eso solo cosas buenas nos acarrea.
    Ummm... qué más... Ah sí, nada de nostalgiar tu terruño, solo quiérelo y llévalo en tu ser, pero no extrañes, a mi me ha pasado cuando no estuve aquí y duele un buen, por eso te lo digo. También que somos lo que ingerimos en alimentos, pensamientos y emociones. Así que a nutrirte solo de belleza, claridad, color, luz. Para que te vaya muy bien en todo. Cuídate mi niña querida. Brindaré por ti y por que nuestra amistad sea muy larga.

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  11. Mi querida Sara!
    Cómo decirte GRACIAS y que abarque todo el afecto y agradecimiento que siento por ti.
    Dime cómo.
    :)

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¿Y el tuyo?