Soy ese vértigo. Ese instante. Ese sabor que nadie sabe.
Soy un combate justo. Un latido contra latido. El corazón en la boca.
En la boca el suspiro. Y soy el contra golpe, perdido.
Soy entre lágrimas dulces o rabiosas, soy entre sonrisas de estiércol y abrazos fingidos.
Soy entre vientos y huracanes.
Sólo soy un trazo. Rojo. Muy intenso. Y con el, yo parto a la mitad los azules de tu pecho.
Soy de frías manos y titubeante el corazón.
Soy la niña que comía mal, escribía cuentos y pescaba ranas, soy la mujer con la piel preñada de alas.
Soy palabras, pero de esas que de tanto decir, ya no dicen nada.
Y soy zapoteca, jíbara, cimarrona, sexy y grosera...
Soy por encima o por debajo, en diagonal y sobre costados.
Soy ese siempre que la vida convierte en nuncas.
Soy magnolia, soy flaqueza y desconcierto. Soy espliego cuyo aroma ignora el viento.
Soy sirena que naufraga y no sabe cantar. Soy quien puebla tu nuca y anida en tus desconciertos.
Soy esa frase que grita en la pared, lo que otros nunca dirán al oído.
Soy bandera, si tu eres viento, soy de Evas y Adanes... Si quieres ser mi Dios.
A.