Taciturno



“Lloverás en el tiempo de lluvia, harás calor en el verano, harás frío cuando atardezcas… no tardes demasiado, la eternidad se nos acaba…”

                                                                                                               Jaime Sabines







No sé si mi manera de escribir sea distinta o tan poco entendible como siempre.  Lo cierto es que cada vez escribo menos en este malogrado diario de a bordo. Nunca escribo para reseñar alguna novedad en mi vida, ni para hablarles de algún autor en especial que sea de mi agrado, ni con la intención de incordiarlos con mis mediocres textos. Pero lo que hoy vengo a hacer aquí es quizá el más absurdo de mis escritos. Así que avisados quedan: están a tiempo de cerrar la ventana, y poner pies en polvorosa, porque hoy escribo desde las mismas entrañas...


Me he creído tontamente que sobre mi recae la felicidad de otros, y por mucho tiempo me he forzado a mirar más allá con el único fin de darles lo que más pueda de mi… He creído que mi magia es tan necesaria como ese reflejo fugaz en el espejo.

Pero justo en éstos instantes de mi historia… algo me duele… hoy más que nunca siento que mi vida esta vacía y que solo filosofar acerca de mis sueños es desperdiciar parte de esa vida, es dejar a tu alma aletargada, es sentir que estoy a la deriva, que ya no hay atajos que me incluyan, que me han borrado del mapa, que ya  no tengo esa casa a donde regresar y estirarme y alimentarme de lo que fui. Hoy mi hogar lo llevo conmigo, y lo voy regando en cada uno de mis pasos, en los espacios en donde gocé y lloré, viví, empaqué y me fui.

De pronto siento que el timón de mi vida no está siendo dirigido por mi,  Que no puedo más con el vacío existencial y eso me hace sentir menos humana…ya no sé, no confío… no me reconozco, no era así… no soy así.  Entonces me doy cuenta que no tengo corazón para entregar, ya lo he entregado y a mi me han dejado con nada… y pensar que en realidad mi vida es vacía y fría, que nada he hecho más que enterrarme viva… parece que esas constantes pérdidas se llevaron mi suerte, mis ganas, mis posibilidades de existir, de bien vivir.

Y me da pánico pensar que estoy esparcida por la vida,  que no sólo hay sólo trozos perdidos, sino que sólo recuperaré fragmentos de lo que pude haber sido.

Hubo un tiempo en que mi universo estaba en orden y de pronto parece que un huracán pasó devastándolo todo… no es culpa de nadie, pero es la casualidad más horrible de mi vida… el más grande de mis temores ha coincidido exactamente con esto.
La gente a mi alrededor sigue percibiendo el hastío en mis ojos, pero que hago con ésta rabia que me corre por dentro y no encuentran un lugar para salir.

Quizá sólo seguir con la necedad de publicar cosas porque me sé lastimada, a tal punto que hace surgir al monstruo que hay en mi, que me juzga severamente, hasta caer al suelo y anhelar recibir compasión o silencios… porque eso les aseguro, es mejor que nada.


A.

P. D. Lo sé, pésima combinación.