Tú, yo, nosotros.
Hoy al fin somos otros.
Ya no te esperaré en el quicio de la puerta.
Ni te veré a través de la ventana.
Para sobrevivir hoy tendré que inventarte.
Dibujaré para ti boca, pechos y faldas.
Navegarás por mi espalda y será tu feliz naufragio
donde tiemblen tus ganas.
Hoy te perderás en el vértice de mis muslos.
Mi boca será donde aterrices.
Hoy mi ombligo será tu precipicio.
No dejaré reparo en voluntades.
Hoy, por fin, encontrarás esa guarida.
Y mi piel será donde te exilies.
A.
A.